Las brocas multimaterial están compuestas por una vara de acero, en cuya punta se encuentra una pastilla de carburo de tungsteno, uno de los materiales más duros del mundo. Gracias a esta composición, la broca es capaz de perforar materiales muy duros como roca, acero y concreto armado.
En la punta de la vara encontraremos seis cortes con tres pastillas de carburo de tungsteno.
Uno de los aspectos que hacen buena a una broca es su capacidad para extraer el polvo generado durante la perforación. Además, al girar y generar fricción, se produce calor, por lo que es importante evitar que se levanten altas temperaturas que puedan provocar desgaste en la herramienta. Por eso, una broca con buena capacidad de evacuación de polvo puede evitar el calentamiento excesivo, aumentando la velocidad de avance y prolongando la vida útil de la herramienta.
En el caso de brocas más largas, como las de un metro de longitud, su cuerpo tiene una cierta flexión al momento de perforar. Por esta razón, la calidad del acero utilizado es crucial, ya que un material de mala calidad puede romperse debido a la dureza y la falta de flexibilidad. Por el contrario, un acero de mejor calidad, con una buena aleación, permitirá una mayor resistencia a la torsión y evitará la rotura de la broca.
Es importante mencionar que las brocas reciben un tratamiento especial en su fabricación: son templadas. Esto significa que se calientan y enfrían para aumentar su resistencia. Si se recalienta una broca durante la perforación, puede suceder que se quiebre la soldadura que une el carburo de tungsteno con el acero. Por esta razón, es fundamental utilizar la broca de manera adecuada y mantenerla en buenas condiciones para garantizar su durabilidad.
